te voy a contar del
gris
amorío que mantiene
esta primavera recién
celada
acariciada por los penachos
del paraíso
y esta lluvia de días
que parece
eterna como la caída de
las flores
del pino, se deshacen en
me quiere
no me quiere, caen
como piel de araña o
muda
de vivorita los rasgos de
lo que será
piña, piñón, sombrita
para cuando de este romance
queden
fuertes los vínculos
vegetales
lazos, abrazo, trenza
manto limpísimo, aire
en la mesa por la noche
clara
y la tarde tibia y la
arena roja
como la flor del pino
que cae por el peso del
agua
al charco de tu vereda:
me querés
y no y tal
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